Científicos estadounidenses y japoneses concluyeron que podría afectar la temperatura global.
Usando supercomputadoras , un estudio iniciado por Estados Unidos y Japón, reveló que un cambio climático podría derretir la capa superior de la permafrost en la mayor parte de las áreas del Hemisferio Norte para el 2100, alterando ecosistemas a través de Alaska, Canadá y Rusia.
La permafrost es una capa de hielo permanente que se ubica en el subsuelo de regiones como el Noreste de Siberia y Canadá y que permanece congelada aún cuando se producen los deshielos estivales.
“Si se derrite buena parte de la permafrost situada cerca de la superficie, podría liberar en la atmósfera gran cantidad de gases causantes del efecto invernadero, y eso acentuaría el calentamiento global de la atmósfera”, dijo David Lawrence, principal autor del estudio, que trabaja para el Centro Nacional de Investigaciones Atmosféricas.
“Podríamos estar subestimando el promedio de aumento de la temperatura global”, añadió.
Explica Garzoli desde Miami a Clarín:
"En el el Atlántico Norte, el agua salada se enfría y se hunde hacia el fondo del océano. Esta agua comienza a moverse hacia el sur paralela a las costas de los continentes. Luego de cruzar el ecuador y al sur del Cono Sur, se junta con otras aguas formadas en esa región y juntas se van por el sur de Sudáfrica hacia el océano Indico primero y luego hacia el Pacífico. En el Pacífico la corriente cambia de dirección y vuelve al Atlántico una vez más por el sur de Sudáfrica. En este pasaje se mezcla con otras aguas y se calienta. Al calentarse se mueve hacia la superficie. Cuando llega de vuelta al sur de Africa, la corriente está más o menos entre 700 y 800 metros de profundidad. Desde ahí comienza a moverse hacia el norte, cruza el ecuador ya casi como agua de la capa superior, vuelve al Atlántico Norte, se enfría, se hunde y el ciclo comienza de nuevo".
Este es un movimiento lento: la corriente se traslada a una velocidad de un metro por segundo, pero lleva un caudal de agua de unas cien veces la descarga del Amazonas.
Bien, esa circulación puede ser alterada. "Y los resultados pueden ser catastróficos —afirma Garzoli—. La mayoría de los modelos numéricos de simulación de cambio global muestran que un incremento producido por el hombre del dióxido de carbono lleva a una disminución de la velocidad de esta corriente. Si los modelos son correctos, en el año 2100 podría esperarse un colapso de la circulación termohalina".
—¿Qué significa en términos científicos la palabra colapso?
—Nos referimos a que se detiene, no circula más.
—¿Y qué pasaría?
—Por ahora, todos los resultados son de modelos. Pero todo parece indicar que las temperaturas en el hemisferio Norte cambiarían drásticamente.